Servicio del Día del Señor del 14 de mayo del 2023

(Mateo 10:16-23)

Pastor Sung Hyun Kim

Jesús dijo: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.” Los discípulos, que se alegraban de haber sido escogidos entre muchas personas y de haber recibido un poder y autoridad especial, se entristecieron al escuchar estas inesperadas palabras. Solo habían pensado en sí mismos como aquellos que ayudarían a las ovejas indefensas, pero nunca se habían considerado como las ovejas enviadas en medio de los lobos. Sin embargo, según las palabras del Señor, ellos serían odiados por todos a causa de Su nombre, e incluso podrían ser perseguidos hasta la muerte.

Algunas personas podrán preguntar de esta manera: “Pero, ¿la obra de esparcir el Evangelio no es algo que el Señor quiere? ¿No debería el Señor cuidar de aquellos que hacen Su obra con un interés especial y manteniéndolos en paz? ¿Es necesario sufrir tanto para hacer la obra del Señor?” Hay algo importante que debemos entender claramente. El mundo está bajo el dominio del diablo, y el espaciar el Evangelio es la obra de liberar las almas de las manos del diablo. Por lo tanto, el diablo no se quedará con los brazos cruzados. El diablo hará todo lo posible para obstaculizar la obra del Señor, sin importar los medios o los métodos que use, y especialmente perseguirá a los obreros del Señor a través de las personas. Esta es la razón por el cual el Señor advierte a sus discípulos con estas palabras: “Guardaos de los hombres.”

En algunos casos los cristianos pueden tener su vida de fe en un entorno de paz, pero esto es solo una situación temporal. El diablo, que busca destruir la obra del Señor, continúa trabajando incluso en momentos de aparente paz, y en cuando tenga la oportunidad vuelve a manifestar sus verdaderas intenciones abiertamente. La persecución del diablo hacia los cristianos viene de todas las direcciones. Entre ellas, la persecución religiosa es fundamental. Al igual que en el pasado los judíos persiguieron a los cristianos a gran escala, en el futuro la persecución religiosa empeorará y se desarrollará a nivel mundial. Incluso la opresión por parte de los gobiernos del mundo se intensificará, y eventualmente se mezclará con la persecución religiosa, aumentando la presión sobre los cristianos. E incluso la persecución por parte de las familias no se limitará a simples discusiones, sino que llegará al extremo de que las familias entreguen a sus propios miembros para ser asesinados.

El Señor dijo que aquellos que perseveran hasta el final en medio de la persecución recibirán la salvación, y para llegar a esto necesitan ser prudentes como serpientes y sencillos como palomas. Si solo somos sabios, pero no honestos, distorsionaremos la integridad del Evangelio, y si solo somos puros, pero carecemos de discernimiento y habilidad para manejar situaciones, tendremos dificultades para realizar la obra del Señor. Así como el Señor dijo: “Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra”, no es necesario que nos lancemos intencionalmente hacia la persecución y el conflicto. Sin embargo, cuando enfrentemos la persecución, no debemos temer, sino reconocerlo como una oportunidad para ser más puros y para fortalecer nuestra salvación. Debemos enfrentarlo valientemente.

Es difícil soportar la persecución cuando decidimos optar una actitud de evadir cualquier dificultad en la iglesia. Además, el deseo de satisfacer nuestras propias ambiciones dentro de la iglesia puede convertirse en una forma de persecución hacia la misma iglesia. La iglesia es la forma en que Dios contiene Su ira que debería ser derramada sobre el mundo. A medida que Él lo contiene, la cantidad y la intensidad de Su ira que será derramada al final de este mundo serán aún mayores. Por otro lado, la iglesia representa una oportunidad para recibir mayores bendiciones para aquellos que responden a la gracia de Dios. Aprovechemos de manera valiosa esta oportunidad que el Señor nos ha otorgado a través de la adversidad y la oportunidad que los creyentes de fe nos han brindado, para llevar a cabo con fuerza la obra de esparcir el Evangelio.