2019.11.17 – Que el reino de Dios venga en nosotros
/in Sermones /by Sungrak Berea SpanishQue el reino de Dios venga en nosotros
( Mateo 12:22-29 )
Dios
es espíritu.
Él
creo a todos los espíritus que están
en los cielos, en la tierra y lo que están debajo de la tierra. (Fil 2:10)
El espíritu de Dios es luz. (Jn 3:21)
El espíritu de Satanás es la tiniebla y temen a la luz. (Jn 3:19-20)
Cuando la humanidad desobedeció, fue hecha pecadora. (Rom 5:17)
El pecado es el perecer. Es la autoridad de las tinieblas.
Los pecadores siguen la corriente de este mundo
conforme al príncipe de la potestad del aire. (Ef 2:1-3)
Es el espíritu que opera en los hijos de la desobediencia.
Toda enfermedad y maldición que lleva a la muerte
son dominados por el gobernador de las tinieblas. (1 Cor 15:56)
El que tiene la potestad en la muerte reina sobre ellos. (Rom 5:21)
La disciplina, poder o religión del hombre
no pueden vencer las tinieblas. Entonces, ¿quién le puede vencer?
Solo la luz de Jesucristo puede vencer. (Hch 4:12, Jn 8:12)
El Espíritu Santo testifica la luz.
Solo al echar fuera las tinieblas por el Espíritu Santo,
el reino de Dios llegara a nosotros. (Mt 12:28)
○ La depresión es ser oprimido por la autoridad de las tinieblas.
Nunca seremos felices, si tenemos depresión en nuestros corazones.
Solo al estar llenos del Espíritu Santo echamos fuera los demonios, ósea la depresión.
○ Si la depresión sigue en nosotros
no podremos ser libres de la autoridad del diablo
Solo al estar llenos del Espíritu Santo podemos tener la libertad
○ En el reino de Dios existe la verdadera libertad.
Al echar fuera demonios podemos ser libres.
Esto es hecho a través del poder del Espíritu Santo.
※ Las malas intenciones, obsesión y depresión
son casas para los demonios.
El reino de Dios llega a nosotros, solo al ser llenos del Espíritu Santo. (Lc 17:21)
Mateo 12:22-29
22 Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.
23 Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David?
24 Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.
25 Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
26 Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?
27 Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.
28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.
29 Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.
Resumen
Carta de Simuon
La fe no es el compuesta por los pensamientos, consciencia y sentimientos del hombre. Tampoco acepta la moral o costumbres del hombre. La fe es compuesta por la voluntad de Dios. Cuando la verdad de Dios entra en nuestro corazón, el decidir en aceptarla y obedecerla es la fe. Dios toma esto como la justicia. Cuando nosotros creemos enterramos en el agua (ósea la tumba) nuestros pensamientos, consciencia, emociones, moralidad y costumbres. Por lo tanto, el abandonar las posesiones del mundo, llamar solo el nombre de Dios y venir delante de Él es nuestra fe.
Muchas personas al escuchar la predican, si les gusta lo que han escuchado dicen que han recibido la gracia. La predica no es predicar según el gusto de las personas. Sino es unirnos al corazón y voluntad de Dios. La predica hace que abandonemos todo lo que ha sido acumulado en nuestros corazones. La voluntad de Dios tiene que convertirse en nuestro Señor.
El estar llenos del Espíritu Santo es que Él sea convierte en nuestro dueño. Esto es el morar del reino de Dios. Un reino necesita de un rey. Dios mora en los cielos, pero es necesario que el reino de Dios este en la tierra. La palabra tiene que entrar en nuestros espíritus. Tenemos que cambiar de acuerdo a Su palabra y glorificarle. Esto es la fe. Esta es la justicia que Dios está buscando. En simples palabras, Dios cosecha la justicia que ha sembrado.
La justicia del hombre no puede salvar su espíritu. Dios busca lo que ha sembrado. Aunque pensemos que algo este bien, si esto no es lo que Dios desea, esto es el pecado. Solo el obedecer la voluntad de Dios, ser cambiado por Él y venir a Dios es la justicia. Así es como Dios es glorificado.
El creer y recibir la verdad, que es la sangre y carne de Dios, completamente es la justicia de Dios. Esto es la gracia. En la gracia de Dios solo existe la justicia de Dios y no la del hombre. La complacencia de Dios solo está en Aquel que murió en la cruz, quien derramó Su sangre y resucito de entre los muertos luego de tres días. Si cualquiera no es bautizado, su carne no podrá ser libre de este mundo. A través del bautismo hemos puesto a nuestro viejo ser a Dios. Esto es la justicia y complacencia de Dios.
Tenemos dar lo mejor de cada oportunidad. El tiempo no descansa y quita todas nuestras oportunidades. Aunque recibimos el bautismo no significa que el cuerpo del hombre se convierta en un dios. La carne como pertenece al polvo de la tierra, tendrá que volver al polvo de la tierra. El espíritu del hombre es llamado como dioses (Juan 10:34-35). Si es espíritu del hombre recibe la gracia son dioses. Los dioses pertenecen en los cielos, los cielos es espíritu, el espíritu es Dios (Juan 4:23-24). Mi espíritu es dios que pertenece a Dios. Es hijo de Dios que pertenece en los cielos (Juan 1:12).
Ahora mi espíritu es bautizado y no pertenece más en esta tierra. Como pertenece a Dios, es hijo de Dios. Es hecho dios. Nosotros ahora esperamos el dejar esta tierra. Solo esperamos ese momento de dejar esta carne.
Créditos
Centro Misión Iglesia Sungrak
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Departamento de Castellano
Traducción de sintesis: Eun Sol Jang
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang